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El Complot de la Pólvora - El Día de Guy Fawkes

 

Sábado, 5 de noviembre de 2005

Entrevista con Webster Griffin Tarpley en Cloak and Dagger Talk Radio con motivo del IV centenario del Día de Guy Fawkes.

www.cloakanddagger.de

   

 

Traducido al español por JLG jota2016@gmail.com

Lenny Bloom: Bienvenidos a Cloak and Dagger, les habla Lenny Bloom, a mi lado está Sherman Skolnick, a quien ustedes conocen cómo el Terminator de los Grandes Jurados americanos. Estamos aquí para celebrar el Día de Guy Fawkes. Recordaremos los sucesos de aquél 5 de noviembre y repasaremos algunos secretos de la élite gobernante, del gobierno en la sombra. Para comentar esta ocasión tan especial, el IV centenario de aquellos sucesos que tuvieron lugar el 5 de  noviembre de 1605, contamos con uno de los mayores expertos en historia, el autor de 9/11, Síntesis del Terror y de la Biografía no autorizada de George Bush: Webster Tarpley

 

Es un honor tenerte con nosotros, Webster.

 

Webster G. Tarpley: Muchas gracias, Lenny, Feliz Día de Guy Fawkes.

 

Lenny Bloom: Durante esta entrevista esperamos que excave en lo más profundo de aquellos sucesos y en su reflejo actual, así que explíquenos, Webster ¿qué es exactamente lo que se ha celebrado en este día durante los últimos 400 años?.

 

Webster G. Tarpley: En Inglaterra, el Día de Guy Fawkes todavía sigue siendo una de las fiestas más colosales del año. Si alguna vez ha estado allí verá que encienden hogueras, de hecho también se conoce el 5 de noviembre como el Día de la Hoguera. Queman grandes figuras de Guy Fawkes y del Papa después de arrastrarlas por las calles.

 

Hasta 1950 era ilegal no celebrar esta fiesta lo que la convertía en un acto muy compulsivo. También la Iglesia Anglicana, y aquí conviene recordar que la reina es la cabeza de esta iglesia, promovía un servicio religioso especial durante el 5 de noviembre que se enfocaba alrededor del Complot de la Pólvora y la salvación milagrosa del rey Jacobo.

 

Los hechos pueden resumirse de este modo: En la mañana de aquél 5 de noviembre el parlamento debía reunirse en la tradicional sesión de apertura en la antigua Cámara de los lores que también contaría con la asistencia del rey y de los lores. Previamente a la reunión se anunció que durante la madrugada se había descubierto a Guy Fawkes armado de una linterna, fósforos, yesca y una significativa cantidad de pólvora. Decían que Fawkes había acumulado disimuladamente en el sótano de la Cámara de los lores 30 barriles de pólvora con la intención de hacerlos estallar y volar también la Cámara de los Comunes, el rey, los personajes relevantes que asistiesen a la reunión incluyendo los líderes de la Iglesia Anglicana, etc.

 

Según la versión oficial, nada más ser descubierto Guy Fawkes fue hecho prisionero e inmediatamente llevado a la torre de Londres donde se le sometió a tortura junto a algunos conspiradores. El resto de ellos huyó en dirección a Stratford on Avon, en Warwickshire, el condado donde residía Shakespeare, siguiendo el supuesto plan original, intentando avivar una rebelión pensando que la explosión había tenido éxito y que el rey y los parlamentarios habían muerto.

 

Pero el aspecto fundamental sobre el que gravitaban estos hechos es que la totalidad de los supuestos conspiradores eran católicos y desde el gobierno se hizo todo lo posible por vincularles a la Orden Jesuita alegando que habían intentado matar al rey, a los lores y los comunes actuando bajo las órdenes del Papa y del General de los Jesuitas. Bajo esta acusación todos los conspiradores fueron ejecutados en el plazo de dos meses entre otros Guy Fawkes, Percy, Catesby, Winter, el maestro jesuita Garnet, líder provincial jesuita de la provincia de Inglaterra. Todos ellos fueron detenidos, torturados y llevados a un juicio-farsa tras el cual fueron ejecutados.

 

 

Los supuestos conspiradores en una ilustración de la época 

 

El gobierno británico utilizó este hecho como una especie de justificación primordial de la que estuvo viviendo los siguientes 200 años, prácticamente hasta la mitad del siglo XIX. En el libro de oraciones de los anglicanos, una religión estatal, permanecía este absurdo y propagandístico relato de los hechos acaecidos en 1605 y por eso aún se celebra en 2005, 400 años después.

 

Ahora bien, lo que yo empezaría diciendo es que la historia oficial es una mentira de arriba a abajo. Para mí, el Complot de la Pólvora tiene el mismo calado que el Incidente del Golfo de Tonkin, que utilizó el gobierno de Lyndon B. Johnson para justificar su presencia en Vietnam, o mas recientemente los sucesos del 11 de septiembre de 2001. Los hechos que nos ocupan hoy fueron llevados a cabo por la facción whig anglo-veneciana que más tarde se reconvirtió en anglo-holandesa y anglo-americana.

 

Se trata de una facción financiera que ha dominado el mundo durante los últimos siglos y podemos decir que el Complot de la Pólvora fue uno de sus actos fundacionales. Si mirásemos la historia de los acontecimientos. El gran tema del momento en Inglaterra desde que Enrique VII se hizo protestante era la cuestión religiosa. Su hijo Eduardo había seguido a su padre en sus veleidades religiosas y había obligado a todo el país a renegar del catolicismo que había seguido desde hace siglos. Para conseguir un cambio con tantas implicaciones culturales se vieron obligados a convertir la Inglaterra de principios del siglo XVII en un estado policial, quizá el más cruel, si exceptuamos Venecia.

 

Aquella violenta represión tenía como objeto aplastar el catolicismo de Inglaterra ya que una enorme minoría perteneciente sobre todo al norte y el oeste que rondaba el 40/45% de la población, permanecía fiel a la religión católica. También una gran parte de la nobleza era católica, como el conde de Southampton, mecenas de Shakespeare, también católico.

 

La situación en Europa también se complicaba debido a la guerra que enfrentaba en aquél momento a Francia contra España y al papel que la inteligencia veneciana jugaba en aquel conflicto, gracias a una red diplomática extraordinariamente eficaz para la época, empeñada en que países como Inglaterra se enfrentasen con España. Si miramos la situación de Venecia veremos que estaba situada entre Austria al norte, los Estados Pontificios en el sur, y el Ducado de Milán al oeste controlado por los españoles. Todos ellos eran potencias católicas controladas por la dinastía de Habsburgo. Por tanto lo que los venecianos intentaban era prender diversas hogueras en Europa que hicieran a otros pueblos entrar en guerra con Europa.

 

Existía ya previamente desde comienzos del siglo XVI una tradicional alianza entre Venecia e Inglaterra que se mantuvo tras la Guerra de la Liga de Cambrai. La inteligencia Veneciana que operaba en Inglaterra maniobró lo inimaginable para provocar una creciente hostilidad en Inglaterra con el fin de enfrentarla contra España. Una de las herramientas en manos de Venecia para conseguir su propósito fue colocar un gobierno protestante en Londres que dirigiría primero contra España y después contra Francia

 

Toda la mística que rodea a la reina Isabel I y la Edad de Oro de los Tudor es pura propaganda anglófila y ya va siendo hora de que lo afrontemos.

 

Lenny Bloom: ¿En el momento de los hechos qué rey ostentaba la corona?

 

Webster G. Tarpley: Jacobo I, que había sido el rey de Escocia y posteriormente asumió la corona de Inglaterra en 1603, así que en 1605 digamos que aún era un recién llegado al cargo. De todos modos me gustaría decir algo más sobre la reina Isabel.

 

Elizabeth I (imagen) había estado en el poder hasta 1603 y al morir no había dejado ningún heredero, ni siquiera se casó… Pero mucho antes de que Isabel falleciera, Venecia había movido sus piezas para influir en la sucesión siendo su favorito Jacobo VI de Escocia a quien consiguen convertir en Jacobo I de Inglaterra. Sin embargo no debemos obviar que Venecia deseaba que Escocia fuese absorbida por Inglaterra porque cada vez que ésta iniciaba operaciones militares en Francia, Escocia invadía el norte de Inglaterra y la neutralizaba. Los venecianos lograron su propósito una vez que Jacobo VI de Escocia se convirtió en Jacobo I de Inglaterra. Ahora Inglaterra podría atacar a España sin temor a una incursión desde Escocia y Venecia podría centrar su atención sobre el Ducado de Milán en manos españolas. Sin embargo la clave de todo este entramado era la familia Cecil. No podemos arrojar una visión clara y lúcida sobre este periodo histórico sin saber algo más de acerca de Lord William Cecil (Cecil el Viejo) y Lord Robert Cecil (Cecil el Joven).

 

Aunque Isabel I estuvo en el trono hasta 1603 y Jacobo I hasta 1625, el auténtico poder detrás del trono, y nunca mejor dicho, era la familia Cecil. Eran unos auténticos maestros de la manipulación y el engaño, herramientas indispensables de los agentes de inteligencia, y marcadamente favorables a los intereses de Venecia. Para nosotros serían el equivalente a Lavrenti Beria, Himmler o J. Edgar Hoover, aunque para ser sinceros al lado de los Cecil estos que he nombrado parecerían meros aficionados. Como cualquier noble inglés, William Cecil (imagen) tuvo un nombre al comienzo de su vida, otro a la mitad y finalmente un tercero cuando alcanzó la cima de su carrera. Nuestro hombre pasó de William Cecil a Lord Burghley cuando logró colocar a Isabel en el trono de Inglaterra. Si alguno de nuestros oyentes ha leído Hamlet reconocerá a William Cecil en la figura de Polonio, alguien que es capaz de entregar a su hija Ofelia a otro en quien desconfía sólo para obtener poder. Como activista católico comprometido, Shakespeare corrió muchos riesgos para hablar de la familia Cecil mediante personajes interpuestos.

Lenny Bloom: Sin embargo la fama que obtuvo Shakespeare hace pensar que tal vez no fuera muy discriminado.

 

http://www.sailproductions.com/shakespeare/shakespeare.jpgWebster G. Tarpley: Shakespeare (imagen) tuvo que moverse con mucha discreción a pesar de que tenía buenos apoyos entre los nobles católicos y debido a esta circunstancia nunca representó un blanco fácil para sus enemigos, por más que lo intentaron. En lo esencial digamos que Shakespeare actuó entre bambalinas e incrementó su prudencia entorno a 1610 procurando quedar fuera de los servicios de inteligencia de los Cecil y especialmente de “el viejo”.

 

Para que sepamos de qué tipo de persona hablamos hemos de saber que William Cecil / Lord Burghley dejó escrita la siguiente perla: “Si los católicos se vuelven demasiado populares el gobierno deberá poner en marcha un plan que los desacredite y los vuelva aborrecibles para el resto del pueblo. Una vez que eso suceda pondremos en marcha contra ellos nuestro sistema penal 

 

Así que este fue su método básico, la provocación. Y qué casualidad que sea Robert Cecil, el joven, el cerebro del Complot de la Pólvora. Igual que su tío, Robert Cecil se convertirá en Vincent Cranborn hacia la mitad de su carrera y Lord Salisbury cuando llega a la cima de su carrera tras el Complot. Los Cecil son el modelo del núcleo duro de la política británica tanto entonces como ahora. De hecho, lo que hoy conocemos como partido conservador es exactamente eso aunque extendido. Para que no pierdan la perspectiva de lo que estamos diciendo fíjense que Francis Bacon, Barón de Verulam, Vizconde de San Albano y Canciller de Inglaterra, era primo de los Cecil y a finales del siglo XIX el primer ministro era Lord Salisbury, quien a su vez pertenecía al círculo de Lord Balfour, el de la Declaración de Balfour, por el que Inglaterra se comprometía a crear el estado de Israel en tierras que no le pertenecían.

 

Lenny Bloom: Para que nos quede claro a los oyentes y a mi  ¿Cecil organizó el Complot de la Pólvora con la única intención de echarles la culpa a los católicos?

 

Webster G. Tarpley: Absolutamente, así es. Preparó un falso complot e involucró a algunos fanáticos mezclados con sus propios agentes dobles para fingir que lo descubría a tiempo y salvaba a Inglaterra mientras echaba la culpa al Papa, al Vaticano y los jesuitas, criminalizando de paso a todos los católicos. Aquella operación les permitió consolidar un estado policial, pero lo triste es que los instigadores fueron una especie de virus en la sociedad inglesa.

 

De nuevo aquí nos encontramos con la bazofia propagandística de la buena reina Isabel y todo ese cuento de la era dorada. Fue parecido al nazismo, hubo persecución religiosa en un grado salvaje. Hasta qué punto lo referido es así queda demostrado por la correspondencia del embajador veneciano dirigida a Lord Cecil, que dice así: Puedo entender que haya proscrito a los católicos pero querría que me aclarara porque les persigue tanto, ¿cree realmente que debe hacerlo? Los católicos son más perseguidos en Inglaterra que cualquier religión minoritaria en el resto de Europa y no hablo en sentido figurado.

 

Cecil el joven tenía fama de maniobrero y manipulador, el Complot de la Pólvora no era el primer espectáculo siniestro que llevaba a cabo. Si volvemos de nuevo la vista a Shakespeare veremos que hay otro personaje fundamental en su obra que también tiene su correspondiente en Robert Cecil, me refiero a Ricardo III, aunque el genial dramaturgo se vio obligado a negarlo explícitamente. Cuando los esbirros de Cecil le presionaron dijo que los complots que Ricardo III lleva a término en la obra habían surgido de su imaginación o de pasajes que había imaginado en borracheras.

 

http://www.tudorplace.com.ar/images/Walsingham,Francis01.jpgSin embargo nos queda aún una importante figura en todo este maremagnum de la que hablar, me refiero a Cecil el Mayo o Lord Francis Walsingham (imagen). Este personaje es un típico agente veneciano. Él fue el responsable de que Venecia imbuyese a Inglaterra de aquella decadente moral sobre la que posteriormente asentó un imperio basado en el narcotráfico y la esclavitud. Durante el breve reinado de María Tudor, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, Lord Francis Walsingham  fue expulsado del país y se refugió en Padua que en aquél momento estaba bajo la órbita veneciana. Allí fue “elegido” presidente de una sociedad de estudiantes extranjeros. A su vuelta y profundamente influenciado por intereses venecianos fundó el servicio secreto británico, hoy conocido como MI6. Quiero hacer hincapié en que esto tuvo lugar en las décadas de 1570/80 ya que eso explica porqué la inteligencia británica ha sido y sigue siendo la más poderosa del mundo. Ellos tienen redes que se asientan cientos de años atrás en el tiempo, algo que cualquier otro servicio secreto ni siquiera podría soñar.

 

Sigamos, Walsingham reclutó a John Dee, famoso espía de la época, y también a Christopher Marlowe, el dramaturgo amigo de Shakespeare que posteriormente fue liquidado cuando se percató del tipo de gente y fines para los que estaba trabajando y quiso apartarse. Ahora bien, bajo el reinado de Isabel I, Cecil el viejo puso en marcha no uno sino varios complots del cual el que nos ocupa hoy, el que conocemos como el complot de la pólvora, no es mas que uno de una larga serie de operaciones encubiertas. Los oyentes deberían saber que fue el complot Ridolfi, el complot Babbington y el complot de Throckmorton.

 

De todos ellos el más importante es el complot de Throckmorton porque lleva a la ejecución de María Estuardo, reina de los escoceses y luego al enfrentamiento con la Armada española. Estamos en 1601 y el Conde de Essex se rebela contra Robert Cecil pero falla y es ejecutado. Fíjese hasta que punto los Cecil eran ya poderosos cuando asume el trono Jacobo I.

 

El formato de estos complots era siempre el mismo. Unos provocadores a sueldo de Robert Cecil se encargaban de reclutar a estúpidos para convertirlos en carne de horca una vez que estuvieran bien involucrados en una conspiración. Luego la conspiración seguía su curso vigilada muy de cerca por los Cecil y cuando tenían la carga de la prueba articulada contra sus rivales políticos, entonces descubrían el complot en el último minuto y los ejecutaban. Es en aquél ambiente cuando Jacobo I llega al trono prometiendo tolerancia para los católicos y deseoso de terminar el enfrentamiento que Inglaterra había sostenido con Roma durante el reinado de Isabel I, sin embargo una vez que su poder es efectivo prefiere expropiar a los católicos de sus posesiones y que éstas vayan a parar a la corona. Aquello generó un hondo resentimiento entre el 45% de la población y lo que hizo Cecil fue organizar mediante sus agentes dobles y sus reclutadores el show del Complot de la Pólvora. Si miramos bien a los acusados sólo había un par de católicos que de verdad estuvieran comprometidos con los hechos. Guy Fawkes ni siquiera fue el más importante, sólo fue usado para ponerle rostro al espectáculo y que el odio fuera deseado por las masas. No olvidemos que todo este show pretendía demonizar a una parte de la población y obtener su aprobación en el proceso de exterminio subsiguiente. Es algo parecido al 11de Septiembre y el odio hacia los musulmanes.

 

Los personajes realmente claves de este proceso son Catesby y Winter, núcleo original del complot, que se reúnen a comienzos de 1604 y empiezan a diseñar una venganza contra Jacobo I. Ahora bien, lo que hemos de dejar bien claro es quiénes eran de verdad estos tipos. Catesby y Winter habían colaborado en el golpe fallido que el conde de Essex lanza contra Cecil y su situación en aquellos momentos estaba tan comprometida como lo puede estar alguien que pertenezca hoy al Programa Federal de Protección de Testigos, es decir eran herramientas de la corona listas para ser utilizadas en el momento adecuado contra un blanco preciso, en este caso los católicos.

 

En su encuentro de comienzos de 1604, Catesby y Winter hablan de alquilar un sótano frente a la Cámara de los lores y excavar un túnel que les lleve hasta el sótano del edificio. Pero resulta que su plan es imposible porque hay un muro que les corta el paso, de modo que se ponen en contacto con Lord Dudley Carlton, un diplomático que luego resulta recompensado por Robert Cecil, quien les proporciona un sótano bajo la mismísima cámara de los lores. Es algo así como si Henry Kissinger les hubiera proporcionado clases de vuelo a los supuestos terroristas suicidas del 11-S. A continuación colocan pólvora en el interior y reclutan a otros conspiradores, llamémosles, accidentales, entre los que se encuentra Percy. Resulta relevante saber que existen testimonios de uno de los acusados que en cierta ocasión ve a Percy saliendo de la casa de Robert Cecil. ¿Le parece eso normal? Está claro que Percy era como mínimo agente doble igual que Catesby y Lord Dudley Carlton.

 

Un par de semanas antes del 5 de noviembre, fecha de apertura del parlamento, un noble católico llamado Lord Mounteagle le confiesa a Cecil que ha recibido una carta donde se le recomienda que no vaya al acto previsto para la famosa fecha. Cecil se apodera de este documento que se conoce como la Carta de Mounteagle y se la da a conocer al rey cinco días después diciéndole: “Majestad, he recibido esta carta de Lord Mounteagle, ¿qué cree usted que puede significar?” y Jacobo I, que ya había sufrido varios atentados cuando aún era rey de Escocia, le da credibilidad a esta nueva intentona y responde “Dios mío, van a volar el parlamento”.

 

Pero se trata de un truco muy viejo. Lo más probable es que la carta la escribiese el propio Cecil y fuese él mismo quien se la enviase a Lord Mounteagle, creando de la nada una fuente externa cargada de credibilidad al provenir de un católico que avisa de la amenaza. Por otro lado, Cecil es muy hábil también al dejar que sea el rey el que ate los cabos que avisan del atentado porque hace que se pongan en marcha en el monarca mecanismos psicológicos de autoconfianza, de vanidad, muy primarios pero muy fuertes, que le llevan a creer que es una especie de Sherlock Holmes capaz de desentrañar misterios que para el resto permanecen insondables.

 

Después Cecil convence al rey para esperar unos días más antes de actuar y es el día 5 cuando unos leales súbditos de su majestad que se encontraban de casualidad en los sótanos del parlamento, ven el tintineo de la linterna de Guy Fawkes mientras prepara los últimos detalles del atentado. Lo detienen, desbaratan el complot y crean el mito. De hecho la linterna de Fawkes aún permanece expuesta en el museo. Para el pueblo, el cuento de la linterna vino a ser como una especie de luz divina que apuntaba contra los católicos.

 

Pero como dije al principio el asunto no se cierra en Guy Fawkes sino que Winter y Catesby huyen hacia Stratford on Avon donde son apresados y ejecutados a pesar de trabajar para Cecil porque este no dudaba en eliminar a sus agentes si con ello conseguía reforzar la tesis principal. Eso es algo muy común en los servicios secretos. Cecil pretendía, y lo consigue, que nadie conociese el testimonio de los implicados de otro modo que no fuese a través de confesiones escritas. Pero si nos fijamos en la firma de Guy Fawkes antes y después de la tortura tendremos una impresión veraz de lo que debieron hacerle a ese hombre. Algo similar ocurre con la confesión de Thomas Winter, que está escrita con una letra que no es la suya y además tiene faltas de ortografía en el nombre. No se puede decir que Cecil hiciese un trabajo perfecto.

 

Vuelvo a insistir en que este hecho es muy parecido en conjunto a ese entramado de sucesos que conocemos como 11 de septiembre y la necesidad del establishment en dirigirnos hacia un choque de civilizaciones.

 

Lenny Bloom: Webster, mientras estaba usted entrando en los detalles yo estaba mirando lo que dice la web de la Enciclopedia Británica y es oficialista 100%. Si tenemos en cuenta que la Enciclopedia lleva imprimiéndose dos siglos tendremos que pensar que los británicos aún le dan importancia a este tema, ¿no es cierto? ¿No debería haber llegado ya el momento de que reconociesen la verdad de los hechos?

 

Webster G. Tarpley: Esto no se detendrá nunca. En 1990 salió un libro escrito por un tipo que trabaja en el Museo del ejército británico y avala la versión oficialista de los Cecil al completo. Es ridículo pero es así. El establishment continuará defendiendo mientras pueda su versión de los hechos porque para ellos es un acto fundacional.

 

Sherman Skolnick: Creo que hay otros aspectos relacionados con esto, por ejemplo la mayoría de los informes históricos sobre Isabel I sostienen que ella salió indemne de todos los complots que se gestaron contra su vida gracias a su excelente servicio de inteligencia. 

 

Webster G. Tarpley: No es cierto. Esos informes históricos ocultan que la mayoría de los complots que se dirigieron contra ella eran falsos y estaban orquestados por Cecil el Viejo. Estaban diseñados para ser descubiertos y generar un clima propicio a sus intereses.

 

Sherman Skolnick: Fíjese en esta declaración que le voy a leer de la Enciclopedia Británica y dígame que piensa sobre ello: "El complot intensificó las sospechas de los protestantes sobre los católicos y dio paso a la entrada en vigor de la rigurosa ley de la Recusación, por la que se multaba a aquellos que no asistiesen a los oficios anglicanos." En otras palabras, ¿usaron los hechos para perseguir a los católicos y forzar al pueblo a convertirse al protestantismo?

 

Webster G. Tarpley: Naturalmente. Aquello significaba que la oligarquía británica disponía de décadas para forzar la persecución religiosa y establecer un régimen policial. Hasta qué punto esto es cierto lo demuestra el hecho de que en la Francia de Enrique IV los protestantes franceses, los hugonotes, no eran perseguidos debido al respeto que se tenía por el decreto de Nantes de 1590 que otorgaba a esta minoría unos derechos que no podían ser pisoteados. Sin embargo ser católico en tiempos de Jacobo I implicaba ser multado o probablemente detenido y ejecutado. Y si en el mejor de los casos usted se veía obligado a huir del país sus bienes eran confiscados automáticamente.

 

Shakespeare se vio obligado a enviar su hijo a lo que más tarde sería Bélgica para que pudiese recibir educación católica en una escuela jesuita. Se arriesgó mucho con aquello porque si hubiese sido descubierto por Cecil es muy probable que hubiese sido acusado de espía, detenido, expropiado, juzgado sumariamente y ejecutado.

 

Sherman Skolnick: ¿Todo aquél esfuerzo que hubo en el pasado por achacar la autoría de las obras de Shakespeare a Francis Bacon fue un esfuerzo por desacreditar al genial dramaturgo?

 

Webster G. Tarpley: Así es. Eso refleja el odio de los británicos a Shakespeare porque él no transigía con sus órdenes y requerimientos. Por eso tuvieron que construir un mito alternativo que les encajase en su visión de la historia. El no era de la cuerda de la reina Isabel en absoluto. De hecho cuando murió la reina en 1603 la corte pagaba a los poetas por cantos que glosaran alabanzas hacia su persona y Shakespeare no quiso tomar parte en aquello.

 

Volviendo al asunto que nos ocupa creo que sería interesante que nos detuviésemos en Coke, el fiscal que dirigió los interrogatorios y los juicios del Complot de la pólvora, y que sería un equivalente en poder, cargo y miseria moral a lo que hoy significa Ashcroft para nosotros. Coke recibe una confesión de Guy Fawkes que dice que aunque la conspiración es conocida por el padre Garnett, este nunca ha tenido acceso a los detalles sobre el complot. Sin embargo Coke escribe en las actas “Huc usque” que es un término latino que viene a significar “El resto se omite” y de hecho en su disertación durante el juicio omite deliberadamente que el padre Garnett lo desconocía todo sobre los detalles de la trama.

 

Sherman Skolnick: Quisiera añadir algo sobre este aspecto que creo que nos interesa aclarar. Mucha de la jurisprudencia americana está basada en lo que se conoce como Informes Coke, que se usan cuando un fiscal quiere retomar un aspecto ya establecido en un precedente. El Tribunal Supremo tiene cientos de resoluciones de los dos últimos siglos en los que se refiere al Informe Coke

 

Webster G. Tarpley: Es una parodia, una parodia absoluta.

 

Sherman Skolnick: ¿Debemos entender entonces que Coke era un contra-conspirador?

 

http://www.processionemisteritp.it/origini/claudio_acquaviva.gifWebster G. Tarpley: No, más bien era como Andrei Vyshinsky, el fiscal que dirigía los juicios espectáculo durante el estalinismo. Coke hizo lo mismo, dirigir los juicios espectáculo de Cecil. Primero los de Fawkes y Winter tras los que son ejecutados, y luego el de el padre Garnett tras el que también es ejecutado. Pero es esencial que sepamos que en cuanto el padre Garnett supo que la conspiración estaba en marcha escribió a Claudio Acquaviva, General de los Jesuitas, (imagen) para decirle lo que estaba pasando y que no sabía como detener aquél estúpido complot. La respuesta de Acquaviva no se hizo esperar y decía textualmente: “El Papa, y yo junto con él, le ordenamos que haga lo imposible por detener cualquier actividad violenta”. En otras palabras, tanto el Papa como Acquaviva sabían que aquello era una locura porque aunque el complot tuviese éxito no había posibilidad alguna de que se produjera un cambio de gobierno en Inglaterra.    

 

Sherman Skolnick: En los últimos 20 años salieron algunos autores que afirman que el juicio contra Guy Fawkes forma parte de un complot, el verdadero complot, y aportaron alguna documentación que había sido ocultada durante 400 años para avalar sus argumentos.

 

Webster G. Tarpley: Le diré cual es esa documentación. Durante muchos años la clave ha estado en la pólvora, en los treinta barriles y las treinta pipas. El Daily Telegraph del 4 de mayo de 1978 nos dice que unos investigadores han encontrado un recibo del registro de la Oficina de Guerra fechado el 7 de noviembre de 1605, es decir dos días después de los hechos, que determina que la pólvora no es tal sino pólvora en grano (mucho menos efectiva) y que su estado está deteriorado por lo que su capacidad de explosión era nula. Esto arroja aún más luz sobre la naturaleza de los hechos y sobre la verdadera autoría del complot. Está claro que Cecil no se iba a arriesgar a que por una razón u otra el parlamento explotase.

 

Sherman Skolnick: Creo que es interesante que nuestros oyentes sepan que en 1993 el FBI también consiguió a través de  agentes dobles que los explosivos de los atentados de aquel año en el WTC también fueran inoperativos pero al parecer estos tipos fueron más listos y los cambiaron por otros completamente efectivos. Parecería que el Complot de la Pólvora es una especie de clase magistral para este tipo de operaciones

 

Webster G. Tarpley: Así es Sherman, lo que resulta tan relevante del Complot de la Pólvora es que el repertorio habitual del terrorismo de estado tal y como se desarrolla hoy ya estaba siendo utilizado en 1605 por ingleses entrenados a su vez por la mayor potencia de inteligencia de todos los tiempos, Venecia. Y el problema continúa hoy, también en los hechos del WTC, tanto en 1993 como en 2001 hay agentes anglo-venecianos implicados.

 

La imagen “http://www.knowledgerush.com/wiki_image/b/b4/Giordano_bruno_250.jpg” no puede mostrarse, porque contiene errores.Sin embargo los oyentes se preguntarán porque hablo de Venecia. Verán, en la década de 1580, el Complot de Throckmorton dio paso a la ejecución de María Estuardo, conocida como la reina María de los escoceses, y consecuentemente a la guerra con España. Pues bien aquellas operaciones fueron llevadas a cabo por uno de los más eficaces agentes al servicio de Venecia, me refiero al filósofo y dramaturgo Giordano Bruno (imagen)

 

La imagen “http://www.leithhistory.co.uk/images/ben.jpg” no puede mostrarse, porque contiene errores.Precisamente estando al servicio de Venecia se hizo secretario del embajador francés en Londres y maniobró para llevar a término el conjunto de operaciones que se conocen como el complot de Throckmorton. Durante todo ese tiempo trabajó estrechamente con Walsingham, el agente veneciano creador del servicio secreto británico del que ya hablamos antes. Por tanto lo que estamos viendo es una operación de inteligencia veneciana en Londres en tiempos de Isabel I. Llegados a este punto no podemos sino detenernos en Ben Johnson quien también era un famoso dramaturgo, que para muchos cumplía el papel un tanto retorcido de rival de Shakespeare, aunque era persona de carácter débil y muy inseguro.

 

Dos días después del complot, Cecil le ordenó a Johnson (imagen) que estableciera contacto con cierto sacerdote. Este aspecto resulta muy enigmático porque nunca quedó bien explicado  aunque lo cierto es que nos queda correspondencia de Johnson a Cecil y dice así: “Lo he intentado, he tomado las medidas más sensatas. Fui a ver al capellán del embajador veneciano, pero no conseguimos que el sacerdote saliese de su escondite”. Esta carta significa que el embajador veneciano estaba interviniendo en una operación dirigida por Robert Cecil. Tampoco queda claro el papel de Ben Johnson en toda esta historia, quizá fue una especie de agente reclutador, porque algunos de los implicados en este complot frecuentaban las mismas tabernas que Shakespeare y él.

 

Sherman Skolnick: Qué hay de cierto en que Elizabeth II es católica secretamente.

 

Webster G. Tarpley: Sinceramente no me lo creo. A mi me parece una pagana más que rinde culto al poder, como todos.

 

Permítame decir que otra prueba importante de la que dispone la Historia respecto al tema que nos ocupa es un informe de inteligencia de uno de los espías de Cecil. Este agente cuyo nombre era Henry Rice, escribió en abril de 1604 -un año y un medio antes de los hechos- lo siguiente: “He reclutado a un sub-agente llamado Davies. Al parecer está involucrado en un complot anticatólico cuyo fin es involucrar a sacerdotes. Yo creo que podría involucrar a unos 60 de ellos”. La respuesta de Cecil es: “No necesitamos tantos. Lo que necesitamos es jesuitas que estén en altos puestos de responsabilidad y sacerdotes de seminario de alto nivel”.

 

El asunto continúa con más correspondencia en la que la gente de Cecil se pone en contacto con Davies para que acelere los tiempos de su operación y Davies les responde lo siguiente: “Lo siento pero no voy a declarar traición hasta que se me otorgue un perdón por escrito que me exculpe de lo que estoy haciendo.” Y como podemos comprobar dicho perdón se concedió y se firmó el 25 de abril de 1604. Resumiendo para que les quede claro a nuestros oyentes, 18 meses antes de los hechos que dieron lugar a los arrestos del Complot de la Pólvora, Cecil ya estaba trabajando para involucrar a sacerdotes y firmando perdones a sus agentes dobles.

 

Sherman Skolnick: Un aspecto muy interesante de su libro “9/11. Síntesis del terror” es que en la presentación menciona el Complot de la Pólvora. Resumiendo viene a decir que el 11 de septiembre es una operación igual: un gobierno oligárquico corrupto demonizando una religión para conseguir alcanzar sus fines geoestratégicos.

 

Webster G. Tarpley: Absolutamente.

 

Sherman Skolnick: En el 11 de septiembre el establishment quiere demonizar al Islam, por eso dijeron que 19 musulmanes lo llevaron a cabo aunque está cada vez más claro que solo fueron tontos útiles. 

 

Webster G. Tarpley: Exacto. Debemos tener muy presentes los métodos de esta facción históricamente anglo-veneciana, que hoy se ha transformado en anglo-americana. Todos los componentes  actuales pueden encontrarse en Wall Street, Washington y en la City de Londres pero los métodos siguen siendo los mismos.

 

Precisamente Shakespeare dejó entrever mucha de esta metodología en su obra sin embargo es curioso hasta que punto no constituye una referencia en nuestras mentes a pesar de la cantidad de estudios que se han hecho sobre su trabajo. Por ejemplo Otelo (imagen) es el equivalente del rey Jacobo I dividido entre Yago el veneciano, que representa a Cecil y Venecia, y Casio el florentino, que representa los valores reales del Renacimiento*. Si vemos la manera en que Yago engaña a Otelo encontraremos la metodología veneciana. Él lo aísla, le separa de Casio, de Desdémona, lo retuerce todo mediante la argucia del pañuelo. Yago es sin duda un representante del modus operandi veneciano.

 

Sherman Skolnick: ¿Cómo pudo Shakespeare sobrevivir en aquella Inglaterra mientras su teatro resulta tan políticamente crítico?

 

Webster G. Tarpley: Pues porque nada de lo que escribió era explícito, más bien se trata de imágenes hasta cierto punto codificadas aunque los destinatarios recibieron el mensaje claramente. Cuando la gente de los Cecil le pidió explicaciones por el contenido de su obra el lo negó punto por punto. Además como dije antes siempre contó con algunos apoyos muy importantes.

 

Él intentaba con sus obras influir en la moral de Isabel y de Jacobo. Su obra más determinantemente relacionada con el obrar veneciano es sin duda Macbeth. Sin embargo fíjense también en que es su obra más corta, exageradamente corta y esto se debe muy probablemente a que el libreto ha sido censurado. También en el Rey Lear encontramos más de lo mismo, por no hablar de Ricardo III.

 

Sherman Skolnick: Es muy interesante lo que cuenta, Webster, sin embargo tenga por seguro que si ésta fuese una reunión de jueces y abogados lo más seguro es que le echaran porque es tanta la legislación americana basada en la inglesa, por ejemplo los informes del Lord Coke (imagen) que no le permitirían hablar así.  

http://www.gunpowderplot.parliament.uk/images/pictures/img_coke_lrg.jpg

Webster G. Tarpley: Él era el Ashcroft de la época. Era un torturador y un falsario que basó sus argumentos contra los acusados en un impresionante cúmulo de mentiras.

 

Hace más o menos cien años que se reabrió el debate sobre los sucesos del Complot de la Pólvora y el juicio posterior y uno de los principales historiadores de Oxford, un tal Gardiner, negaba cualquier posibilidad de engaño apoyándose en la ridícula tesis de que era imposible que los honorables nobles que firmaron como testigos en las confesiones de Fawkes y Winter hubiesen mentido. 

 

Era imposible que una patraña así quedara sin respuesta, por eso un jesuita de la época le contestó preguntándose cómo es que ninguno de esos nobles, que al parecer nunca asistieron a las torturas de Fawkes y Winter, se levantó durante los discursos de Coke en el juicio preguntando por la amputación de las declaraciones donde se exculpaba al padre Gerard.

 

Sherman Skolnick: Le resultará interesante saber que en la escuela de derecho de la Universidad de Chicago honran a los jueces de la famosa Corte de la Cámara de la Estrella que estuvo en funcionamiento hasta 1692. Sabrá que aquellos honorables jurisconsultos no tenían reparos en cortar una mano al que testificase lo que ellos no querían oír… digamos que no existía la V enmienda. Pues bien, allí en la escuela de derecho hay un cuadro con el marco dorado de Lord Jeffrey, uno de los más importantes jueces del periodo del que está usted hablando, y lo que me gustaría destacar es que hay un gran defecto de partida en el sistema judicial americano, concretamente en el sistema de precedentes del derecho, porque está muy fundamentado en los Informes Coke. Y es impresionante escucharle a  usted diciendo del Complot de la Pólvora. Parece que todo esto forma parte también de la mentira, de la Gran Mentira que nos han contado a los americanos. Tenemos que ser iconoclastas y denunciar estas cosas.

 

Webster G. Tarpley: Es que lo que tenemos que identificar aquí es un raquitismo permanente de la cultura anglosajona.  Porque esto fue una operación de inteligencia, fue fabricada, orquestada, manipulada y atrofiada en el juicio. Y no se detuvo allí, se uso de elemento fundacional religioso y cultural. Toda aquella patraña pasó a los misales anglicanos y obligatoriamente el sacerdote tenía que hacer una referencia a Guy Fawkes hasta 1859-60. Es vergonzoso. Es parecido al 9/11 en decenas de aspectos, ahora también se intenta construir desde el establishment una cultura de odio a los musulmanes que se divulga a través de los mass media -los púlpitos actuales- y la gente está obligada a creerlo o se vuelve enemiga del sistema.

 

Sherman Skolnick: ¿Qué hizo el Papado desde 1605 en adelante para combatir esta gran mentira fundacional de Inglaterra?

 

Webster G. Tarpley: Toda la comunidad católica inglesa repudió el Complot de la Pólvora. De hecho la comunidad católica ya estaba repudiando las formas previas de violencia y persecución que se estaban dando. Hubo una mujer llamada Ellen Fortesquieu que vivía en un edificio famoso en Londres, el Black Friar (Fraile Negro) que habilitó para dar refugio a sacerdotes. Shakespeare hizo algo parecido en Gatehouse una casa refugio que compró y restauró de su propio bolsillo para la misma labor.

 

Sherman Skolnick: ¿Tiene algo que ver con el puente de Blackfriars?

 

Webster G. Tarpley: Bueno está en el mismo barrio. Blackfriars era el viejo monasterio dominico de los frailes negros. Volviendo a lo Imagen:Pope Paul V by Crispyn de Passe.pnganterior, los conspiradores, en realidad agentes dobles a sueldo de Cecil, entre ellos Percy, intentaron llegar a este refugio para sacerdotes con objeto de vincular el refugio al complot. Entonces Ellen Fortesquieu les impidió el paso y les espetó: “Ustedes no son católicos, son unos mentirosos. Usted, Percy, es bígamo y no confío ni en usted ni en los que le acompañan. No voy a permitirles la entrada”. Al igual que Ellen, toda la comunidad católica inglesa renegó de aquél intento de atentado y se desvinculó de las acusaciones orquestadas por los Cecil. Ahora bien, Pablo V, Borghese (imagen) era un doctrinario, un pedante, que maldijo los hechos en su correspondencia privada mientras hacía caso omiso a la necesidad de la Iglesia de publicar una encíclica diciendo todo lo que sabían acerca del Complot de la Pólvora, justo lo contrario de lo que hizo Robert Cecil. No se sabe bien si esta decisión partió de su entorno o de él mismo pero fue una oportunidad perdida. Para los católicos ingleses supuso una traición dolorosa y fue una de las cosas que más amargó a Shakespeare.

 

http://www.tudorplace.com.ar/images/Cromwell,Thomas(1EEssex)01.jpgLenny Bloom: Todo esto se deriva del Acta de Supremacía, el acta por el cual Enrique VIII se separó de la Iglesia en 1534. Puesto que los esfuerzos por obtener el divorcio a través de la presión sobre Roma fallaron, Thomas Cromwell (imagen) se dirigió al Parlamento y resolvió el problema rompiendo lazos con el Papa, a continuación elaboró una serie de actas reduciendo el papel de la Iglesia Católica en Inglaterra. 

 

Webster G. Tarpley: Ese momento tiene mucha más importancia de lo que parece a simple vista.  Permítame sólo decir, que lo que hace Enrique VIII es un robo masivo de los bienes eclesiásticos, la toma virtual de los monasterios y las órdenes con las que enriquecer a una nobleza que le jura lealtad tras salir beneficiada de ese robo. El factotum de todo aquello fue, como usted ha dicho, Thomas Cromwell, otro agente al servicio de Venecia aunque del “sector privado” ya que había trabajado para algunas casas bancarias venecianas, lo que viene a ser lo mismo, exactamente igual que hoy.

 

Thomas Cromwell era pariente de Oliver Cromwell, el llamado Lord Protector, que no fue sino la cabeza de una férrea y cruel dictadura que se impuso en Inglaterra durante las décadas de 1650/60. Siempre hubo un agente veneciano cerca de la monarquía británica influyendo en sus destinos.

Al morir Enrique VIII subió al trono su hijo Eduardo VI por un breve periodo al que le siguió María I Tudor hija de Enrique y Catalina de Aragón y esposa de Felipe II. Durante su reinado, María (imagen) abiertamente romanista, reinstaura el catolicismo en Inglaterra. El agente veneciano de este periodo es el Cardenal Reginald Pole, que a su vez pertenecía a la familia Plantagenet, la casa real más antigua de Inglaterra que había sido expulsada cien años antes. Pues bien, el Cardenal Pole fue educado en Venecia por Gasparo Contarini quien ya era jefe de la inteligencia veneciana en los primeras décadas del siglo XVI. Este tipo de personajes eran los que movían los hilos en aquella época. Estos son los maestros de la manipulación. Es necesario que se vean no sólo los sucesos históricos sino las fuerzas que los mueven y en el caso que nos ocupa es estúpido sacar a Venecia de la ecuación. Siempre estaban dispuestos a provocar el conflicto religioso y mover los hilos de tal manera que la casa real británica estuviese enfrentada a España por un motivo u otro.

 

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Gasparo Contarini y Paolo Sarpi

Jefes de Inteligencia veneciana en la época de

Enrique VII y Elizabeth / James respectivamente

 

Afortunadamente los jesuitas sí se preocuparon de poner las cosas en su sitio. Hay dos casos excepcionales que además me gusta citar porque sus obras están disponibles. El primero es el Padre Gerard[1], un buen polemista que vivió hace unos cien años y que escribió material muy bueno sobre el Complot de la Pólvora. Como ya dije antes Gerard entró en batalla con Gardiner y lo mismo hicieron otros jesuitas contra las tesis que se propalaban desde Oxford. Funcionaban en varias líneas de discusión. Actualmente el líder de los escépticos del Complot de Pólvora es Francis Edwards, de Londres, que aún vive y goza de buena salud. Escribió un libro sobre el tema en 1969 al que hay que añadir otro buen par de artículos.

 

Edwards también trató la serie de atentados fallidos que sufrieron Isabel y Jacobo, dedicando especial atención a dos complots contra este último denominados Main and the Bye (Principal y Adiós). Actualmente trabaja en una gran obra sobre el Complot de la Pólvora que estará disponible en breve, pero si quieren leer algo suyo sobre el tema recomiendo su libro de 1969 y varios artículos que escribió a principios de los 90. El oyente interesado encontrará en Google abundante material tecleando “Francis Edwards Guy Fawkes”.

 

Yo soy de la opinión de que ésta es la manera en la que actúa el Papado, deja que los Jesuitas digan abiertamente lo que han averiguado fruto de sus investigaciones.

 

Sherman Skolnick: Si recuerdo la historia correctamente unos 35 años después de estos hechos el Parlamento fue anulado. ¿Tuvo algo que ver el tema que nos ocupa?  

 

Webster G. Tarpley: Pienso que los dos hechos están muy distantes porque el Complot de la Pólvora tuvo lugar en 1605 y el cierre del parlamento ocurrió en las décadas de 1640/50. De todos modos la monarquía y la sociedad británicas quedaron muy tocadas tras estos hechos. Piénselo, si uno implanta una religión estatal y utiliza como acto fundacional una patraña cargada de mentiras y la incorpora en los misales el país entero éste se verá afectado. Para aquellos ciudadanos que forman la élite moral de la sociedad, para los verdaderamente comprometidos esto será blasfemia de la más vil. ¿Cómo se puede incorporar un evento así al Libro de Oraciones? ¿Cómo se pueden mezclar las palabras de Jacobo, Cecil y Coke con las palabras de Dios? Es ridículo. Es provocar una situación explosiva que es la que estalla precisamente en 1640 cuando surgen los conflictos con puritanos, congregacionistas, diggers, seekers, ranters, muggletonianos  y quintos monárquicos. Inglaterra se convirtió en el centro de atracción para cualquier secta descabellada hacia 1640.

 

Los diggers o excavadores eran comunistas; los revellers (juerguistas) comunistas a su propia manera; los ranters proclamaban el amor libre y pretendían hacer de la taberna el centro de la vida religiosa... aquél acto fundacional, como Cecil lo consideró, sólo fue decadencia. De nuevo quiero decir que si miramos lo que pasa en EEUU tras el 9/11, tenemos a todos esos autodenominados cristianos fundamentalistas que ven en todo eso una señal apocalíptica

Sherman Skolnick: La siguiente pregunta requiere una respuesta extensa aunque quizá pueda abreviárnosla. ¿Todos estos sucesos dieron lugar a que Inglaterra nunca tuviese una constitución o una ley orgánica escrita? Quiero decir que ellos ya tenían un derecho común fundamentado de antiguo y totalmente aceptado en tiempos de Coke, pero nunca pusieron nada por escrito

 

Webster G. Tarpley: Es cierto, no se si los oyentes sabrán que los ingleses no tienen constitución escrita a diferencia de los americanos. La constitución inglesa es como el Tao, está por todas partes y al mismo tiempo en ninguna. Cuando se quiere conocer la base legal ellos dicen: “Bueno, tenemos un cuerpo de precedentes que definen la relación entre el rey, los lores y los comunes” Y cuando pretendemos tener acceso a esos precedentes descubrimos que no podemos verlos todos ¡porque algunos son secretos!. Como Sherman decía está la Cámara de la Estrella y otras cortes secretas. Tal vez nosotros también las tengamos aquí en los EEUU*.

 

Otro aspecto para echarse a llorar es el sistema legislativo inglés. No hay absolutamente ninguna distinción entre una enmienda constitucional y un estatuto. En otras palabras, teniendo la mayoría adecuada en el parlamento pueden aprobar una ley que virtualmente cambie esa constitución no escrita

 

Lenny Bloom: Sherman, vamos bastante mal de tiempo, ¿qué te parece si le pedimos a Webster que continúe con los aspectos que queden por mencionar del Complot de la Pólvora?

 

Sherman Skolnick: ¡Claro que si!. Adelante Webster.

 

Webster G. Tarpley: Bueno está casi todo dicho pero quizá deberíamos citar a Godfrey Goodman, obispo anglicano de Gloucester que vivió estos hechos directamente y dice lo siguiente sobre Robert Cecil tras descubrir este último el resentimiento de Jacobo I a los católicos. “Cecil mostraría su servicio al Estado si ideaba y desarrollaba una conspiración que luego desarbolase. Cuanto más odiosa fuese esta traición, mayores serían sus méritos”.

 

Cito ahora otro párrafo extraído de la Breve Historia de Inglaterra: "Hay quienes afirman que este plan se forjó en la mente de Cecil que había diseñado este plan para la monarquía isabelina. Con este fin y mediante agents provocateurs incitó a algunos católicos a llevar su plan a cabo mientras estos permanecían ignorantes de quien les reclutaba."

 

Está claro que Robert Cecil siguió los pasos de su predecesor Walsingham en cuanto al uso de agentes dobles y que cada uno de los participantes del complot tuvo un papel asignado por Cecil. Algunos de los agentes dobles pensaron que en el último momento Cecil hablaría y se salvarían y sin embargo no fue así. El resto de los que perecieron fueron los fanáticos que encontramos a lo largo de la Historia en cada tiempo y lugar  y qué tan útiles resultan siempre a los Cecil del mundo para poder patrocinar falso terrorismo.

 

Lenny Bloom: Un millón de gracias por tu presencia Webster, ha sido un placer tenerte con nosotros.

 

Webster G. Tarpley: Gracias a vosotros. Feliz Día de Guy Fawkes a todos.

 



* Quizá más equivalente aún con el celoso shakesperiano sea la figura de Enrique VIII (Otelo), fundador de la iglesia anglicana tras la decapitación del fiel Tomás Moro (Casio). Aquello fue una operación de inteligencia desde el principio hasta el final orquestada por el Yago particular del monarca, su consejero religioso, el veneciano -cómo no-  Francesco Zorzi. El papel de Desdémona quedaría reservado para Catalina de Aragón, encerrada de por vida en un torreón, una forma vil y dilatada de estrangulamiento, por no ceder a los planes de aquél enfermo mental que entregó Inglaterra a cambio de sexo. Tampoco sería equivocado pensar que tal vez la perfecta Desdémona sea la Fe Católica (N del T)

* Todo este asunto de las cámaras secretas recuerda muchísimo al sistema veneciano de gobierno y su Consiglio Dei Dieci. (N del T)

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