ISRAEL
Israel, país próspero, democrático y libre, único civilizado del oriente, lleva demasiado tiempo consintiendo la existencia de terroristas en sus fronteras. Ha llegado la hora de acabar con toda esa inseguridad y barbarie musulmana fanática. A los terroristas, a los que usan a civiles como escudos humanos, a los fanáticos musulmanes, a los sanguinarios irracionales, es decir, a la escoria del mundo, a los anticivilización, a la basura, hay que eliminarlos de raíz. Todo lo que no sea eso es alargar el problema y posponer la misma y única solución efectiva.
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