Blogia
Just Call Me Angel

What is Religion? An essay in spanish

 

QUÉ ES LA RELIGIÓN.

 

 

Utilizaremos el concepto acuñado por nuestro filósofo Don Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864) de "El Tras-Porvenir" para desarrollar este breve ensayo sobre la Religión.

 

 El Tras-Porvenir como idea que sitúa al hombre frente a tres realidades o dimensiones: La realidad de su dimensión temporal, la realidad de su muerte, su dimensión social y su condición de homo sapiens. El Tras-Porvenir, es decir, su pasado, su presente y su futuro  cuanto hombre y también en cuanto humanidad. De qué forma y manera sitúa el cristiano el advenimiento de Cristo como epicentro de la historia del hombre, estableciendo un antes y un después escatológicos, es algo que quizás sólo como cristiano se puede entender y aceptar, quedando fuera de esta concepción los ateos para quienes la religión es “opio del pueblo” y los agnósticos, para quienes la religión se halla más cerca de la ciencia y rehusan pronunciarse sobre conceptos religiosos.

 

La experiencia de la muerte como fenómeno central ante el cual todas las religiones se han posicionado, sean estas los antiguos politeísmos, como los de Roma, Egipto, e Indo-iranìes y la mayoría de las religiones del cercano oriente, así como las religiones animistas, las monoteístas y el Budismo. La religión pues, como la actitud de los hombres de todos los tiempos ante la muerte.

Pero también, se puede entender la religión como el conjunto de normas o rituales a los cuales los hombres se someten o realizan. La religión como una humana experiencia en la que el hombre es siempre inferior frente al o a los dioses, a o a las normas. A ellas y a ellos se les debe respetar para garantizar la seguridad y la continuidad. Esta visión de contrastes entre la medida, la fuerza y poder y la cercanía-alejamiento del hombre frente a los dioses-autoridad se puede encontrar como una constante en todas las religiones.

 

Y podemos también entender la religión como aquello que "acerca", que "da fuerza" y que "engrandece" al hombre. La religión como "medicina", como ciencia y como "puente de unión" con una fuerza superior. El cristianismo en esta visión de la religión anuncia el acercamiento total, la comunión con dios y el dios que se hace hombre. Si los griegos tenían a los héroes como un tercer estado junto a los hombres y dioses, nacidos mortales y muertos, con atributos sobrenaturales y a los que se rendía culto en su tumba, los celtas tenían a sus druidas y los taoístas a los inmortales, los cristianos tenemos a los santos, también nacidos mortales, también muertos y también con atributos sobrenaturales.

 

Tomando como punto de partida y referencia para esta reflexión el mundo que clásicamente se considera cuna de nuestra civilización, el mundo clásico griego, vemos que el poder religioso residía en aquellos que tenían poder seglar: El padre en el hogar, el rey en las primeras comunidades y en las ciudades-estado en los magistrados. Ser sacerdote era una actividad a tiempo parcial para la que no se requería entrenamiento o cualificación especial. Sólo los adivinos eran los auténticos profesionales de la religión. No había por lo tanto, organización religiosa que impusiera enseñanzas morales, doctrina o que impusiera una ortodoxia. En un contexto así, un "credo" habría sido impensable. Es más, podríamos decir que los creadores de una teología para los griegos fueros poetas: Homero y Hesiodo, como así nos lo dice Herodoto en un famoso pasaje. No es de extrañar pues, que cuando las sociedades cristianas rechazan su cristianismo en favor de un laicismo, todo se vuelve pagano de nuevo, al estilo griego, donde no había herejías porque no había iglesia, donde los únicos crímenes religiosos eran actos o actitudes que causaban escarnio público. Pensemos cómo Sócrates fue acusado de "No reconocer los dioses que la ciudad reconoce". En el siglo XX, con dos guerras mundiales, es donde aparece una religión atea, el socialismo, que coincide con el paganismo griego, donde la religión no es personal en el sentido de una forma que tiene el individuo de expresar su identidad única. No hay "Ortodoxia", hay " Ortopraxia": Obrar bien según las normas sociales. Se reniega del individualismo, de la preocupación por "estados internos personales" y de la creencia de que las intenciones cuentan más que los actos. Se enfatiza el sentido de pertenencia a una comunidad y la necesidad de observar las formas sociales. Para el ateo, igual que para el griego, el hombre no es un ser pecador necesitado de redención y la piedad no es un asunto de perpetua conducta moral bajo la guía vigilante de la conciencia. Es el "Buenismo" de hoy en día, la política de lo "políticamente correcto" según el nuevo neo paganismo. Así, podemos preguntarnos: Si para los griegos el culto formal era el "Sacrificio" hasta tal punto que un calendario religioso griego era una lista de sacrificios, donde los dioses tenían que recibir una buena parte de los bienes: Primeros frutos de la cosecha... ¿Cual es el sacrificio de la sociedad atea? Son las muertes por aplastamiento en una celebración colectiva, sea una love-parade o un partido de fútbol? Y ¿Cual es la parte que hay que pagar a los nuevos dioses? ¿No son acaso los impuestos de todo tipo para sostener el gran banquete comunal del partido en el poder? Esta es la Religión para muchas personas hoy en día. Una religión práctica, social, donde cada forma de agrupación social es un grupo religioso, desde la asociación más pequeña con fines altruistas hasta la más grande como la UNICEF o la ONU.Y es evidente que como los griegos, las dos cosas prácticas más deseadas de los dioses son la curación y el consejo profético, o, podríamos decir, el Estado de Bienestar y el que nos dirijan mediante leyes.

 

Esta religión entendida como humana experiencia colectiva en cuanto a normas de comportamiento social se refiere, no es, a mi modo de ver," lo que es la Religión". El cristiano sabe que el César es el César, pero no su Dios.

 

Pasemos a considerar la religión como la experiencia de la muerte y la actitud ante ésta. La muerte dentro del concepto de partida de este ensayo "el Tras-Porvenir", ocupa un sitio central en la historia individual y universal del hombre. La muerte, mi muerte, sucede, pero la vida continua en el presente. La muerte, la de todos los hombres que han sido, sucedió, pero la vida siguió. La muerte sucederá pero la vida seguirá. La muerte es, fue y será. Pero los tiempos siguen. Cómo se "inserta" el hombre de cada tiempo en este "suceder" de la muerte es quizás lo más religioso de la religión. Volviendo a los griegos, nos encontramos con la muerte como una cuestión abierta como remarca Sócrates en la apología de Platón. Si bien nada de valor persistía más allá de la pira funeraria no por eso se dejaba de hacer ofrecimientos en la forma de comida y bebida a los muertos; y ciertos "misterios" o ritos secretos a los que se llegaba tras una "iniciación" prometían un lote mejor a los iniciados pero no así a los no iniciados, para los que "todo seria malo". El principal de estos ritos era el Eleusiano dedicado a Demetrio y Perséfona, que se hizo famoso en todo el mundo griego y al que se respetaba y veneraba. Sin embargo, ni siquiera estas experiencias apartaban a los griegos de su normal actitud de "incertidumbre" ante la vida tras la muerte. Todo cambia cuando llega Pitagóras en el siglo sexto con su teoría de la migración de las almas tras la muerte en otros cuerpos, humanos y animales, con la prohibición de comer carne y estableciendo comunidades aparte. Y con la aparición del mítico cantante Orfeo y sus enseñanzas del hombre como un ser culpable y contaminado, la raza humana descendiendo de ancestros injustos, los titanes que desmembraron y comieron al joven dios Dionisio. Aquí también, como en Pitágoras, Orfeo abomina del comer carne y llama a la purificación del alma.

 

La aparición de estos signos atípicos de la religión griega como el ascetismo, la preocupación por la vida del más allá, el rechazo de la sociedad profana, el concepto de una forma de vida religiosa, doctrinas de culpa y salvación, es uno de los misterios mas interesantes a mi modo de ver. Herodoto pensaba que Pitágoras había importado sus doctrinas de Egipto y no se ha podido descartar que, de hecho, existiera una influencia externa.

 

Sea como fuere, la muerte y la actitud hacia ella es una parte importante, si bien sujeta también a la experiencia humana, de lo que es la religión. Si observamos la actitud de la sociedad laica actual hacia la muerte vemos una banalización, una trivialización que llega hasta el ocultamiento en lo individual, pero acompañado al mismo tiempo de una amplificación y divulgación hasta la exageración en lo colectivo, con todos los medios de comunicación inmersos en una necrofilia generalizada y con la Iglesia ofreciendo funerales comunitarios donde se diluye el factor individual. Visto así, tampoco diría yo que la actitud ante la muerte es "lo que es la Religión". El cristiano es advertido por su salvador de que su religión es una religión de vivos, no de muertos, y es llamado a una “muerte para la muerte” que es el pecado.

 

Sabemos por Einstein, que vivimos encerrados, limitados, en un mundo de espacio y tiempo. Hay una tendencia, diríamos que la más actual y la mas fuerte, en sustituir la religión por la Ciencia. No voy a extenderme en este punto, pues si una pregunta tal como qué es la religión se hace a un ateo o incluso a un agnóstico, es claro que su respuesta será: La religión es la Ciencia. Puesto que no es ese mi caso, no puedo abordar la pregunta "qué es la Religión" bajo ese prisma. Simplemente diré que bajo una visión cristiana queda claro que la Ciencia forma parte del "engaño" al que el primer hombre fue sometido cuando, tentado a comer del árbol de la ciencia, se le prometió que viviría para siempre, siendo así que el hombre muere y que cuanto más se esfuerza en desentrañar los mecanismos últimos que gobiernan la vida, el envejecimiento y la muerte, más se da cuenta de que en el seno mismo de su materia esta inscrito el mensaje fatal: La naturaleza está aquí para morir. Bajo la ley de la Ciencia, todo y todos estamos encerrados en el tiempo y el espacio que muere. Tampoco merecen consideración especial las seudociencias de tipo adivinatorio, aunque fueran la ciencia al uso en las sociedades paganas. Para el cristiano, pues, la ciencia no es la Religión. Su ciencia es la “Sabiduría” a la que solo se llega por la práctica de la Caridad a lo largo de su particular e individual tras-porvenir. Una Caridad que es llave para todas las demás virtudes. ¿Es entonces la Religión aquello que queda fuera de este espacio-tiempo que muere? Es aquí donde aparece de nuevo nuestro gran filósofo Unamuno y su Tras-Porvenir. Pero antes oigamos al poeta:

 

" El tiempo presente y el tiempo y el tiempo pasado son ambos quizás presentes en el tiempo futuro y el tiempo futuro esta contenido en el tiempo pasado"

 

" El tiempo pasado y el tiempo futuro, lo que pudo haber sido y lo que ha sido señalan a un fin que esta siempre presente"

 

T.S. Elliot

 

Podemos ahora ver como el concepto de la religión tanto como humana experiencia, el humano quehacer, su historia, tanto como la actitud ante la muerte, ciencia incluida, son pequeñas cosas que el hombre hace dentro de su cárcel, en su destierro de espacio-tiempo. El poeta citado, por cierto conocedor de la tradición hindú, viene a resumir en un punto lo que las religiones nos han dicho: Nuestra vida presente es condicionada y condiciona. Condicionada por el "Tras" y condiciona el "Venir" mediante el "Por" de nuestro hacer ahora.

 

El Poeta hace una invitación al misticismo de la experiencia presente donde para muchas tradiciones orientales reside el secreto de nuestra liberación de este mundo de tiempo y espacio para pasar a otra dimensión, llamémosle Cielo, Nirvana o regreso al Creador. Una dimensión mas allá del tras-porvenir. El poeta nos conduce al terreno de los místicos, donde toda actividad esta enfocada en el presente que transporta al mas allá del tras-porvenir.

 

No importa de que tradición religiosa se trate, el místico practica lo que el poeta ha escrito y ambos llegan y recogen a Einstein donde lo había dejado para llevarle donde el no pudo llegar. Así, podemos encontrar, no sólo en la tradición cristiana, a un monje que tras retirarse a meditar en lo que hay mas allá del tras-porvenir, regresa a su monasterio trescientos años después, superando de esta forma la limitación temporal de este pequeño mundo  y también la limitación espacial,  como demuestran los yoguis de la india con sus múltiples apariciones a distancia. Hasta aquí, podríamos decir, la Religión, ¿Es aquello que el hombre hizo, hace y hará, siempre en su momento presente, en el tras-porvenir de su vida individual y colectiva, para proyectarse mas allá de este mundo pequeño limitado por tiempo y por espacio?. Podríamos responder afirmativamente con todas las religiones pero no es suficiente aún para el cristiano. Porque para éste, esta definición es incompleta.

 

Y qué es lo que añade el Cristianismo? No es la religión para el cristiano, sólo lo que el hombre hace, ni lo que el hombre hace sólo él. El cristiano comparte la figura del Creador y la Creación con otras culturas y tradiciones religiosas, pero como novedad radicalmente distinta, el Creador interviene en la historia del hombre. Para el cristiano, la religión es aquello que Dios hizo, hace y hará para sacar al hombre del destierro de su tras-porvenir como individuo y como humanidad. De tal forma que Dios establece con el hombre una alianza nueva y eterna que es doble movimiento: Un movimiento de descenso y un movimiento de ascenso. Debiendo el hombre también hacer esos dos movimientos. Dios "desciende" con las tablas de la ley en las manos de Moisés y asciende con la Cruz. Desciende para todos y asciende a la Cruz también para todos. Dios desciende a los infiernos de las tinieblas de la humanidad y asciende de nuevo como glorioso vencedor de la muerte. El hombre también ha de descender al infierno de su aflicción para poder elevarse con su cuerpo y espíritu el día de su resurrección.

 

Aquello que dios hizo, hace y hará es solo voluntad de Dios. Aquello que el hombre hizo, hace y hará, será solo voluntad de él mismo. Y sólo en la medida en que ambas voluntades coincidan podrá el hombre, la humanidad, ser rescatada de su tras-porvenir. Esta unión de voluntades, esta común unión, es por así decirlo, lo que muchas religiones, o doctrinas secretas bajo formas distintas, nos proponen, los taoístas chinos con la abolición de la dualidad, el budismo Zen con la identificación del sujeto en el objeto y viceversa siendo ambos lo que son y uno al mismo tiempo. El misticismo sufí, el yoga indio, y la religión cristiana son formas de búsqueda de la unidad con Dios-Amor y el hombre debe practicar la Caridad para alcanzar esa unidad y poder ver a dios.

 

Pero para el cristiano católico, la intervención de Dios en la historia del hombre mediante la ley y los profetas en el pasado, y mediante la encarnación de su Hijo en una Virgen y la presencia de éste y su Espíritu santo en el presente, es algo que se recibe mediante la gracia y se acepta mediante el libre albedrío del alma inmortal. La religión es, hacer la voluntad del padre, estar en comunión con Dios. Es practicar la Caridad sabiendo con San Bernardo que: “El hombre no podrá ser totalmente lo que es hasta que Dios no vea en su alma su propia imagen restaurada."

 

 

Ángel Uriarte

 

Bilbao, enero de 2011

 

0 comentarios